Resurrección de
la carne
1010. El dogma
de la resurrección de la carne ¿consagra al de la reencarnación que los
Espíritus enseñan?
- ¿Cómo queréis
que sea de otro modo? Sucede con estas palabras, como con tantas otras, que
sólo parecen desprovistas de razón, a los ojos de ciertas personas, porque se
las toma al pie de la letra, de ahí que conduzcan a la incredulidad. Pero
dadles una interpretación lógica, y aquellos a quienes denomináis
librepensadores las admitirán sin dificultad, precisamente porque entonces
reflexionan. Pues no os engañéis: esos librepensadores sólo anhelan poder
creer. Como los otros –y quizá más aún-, sienten sed de porvenir, pero no
pueden admitir aquello que sea conceptuado falso por la ciencia. La doctrina de
la pluralidad de vidas es conforme a la justicia de Dios. Sólo ella está en
condiciones de explicar lo que, de no ser así, permanecería sin explicación.
¿Cómo querríais que su principio no residiera en la religión misma?
1010 a. De
manera que la Iglesia, con el dogma de la resurrección de la carne ¿enseña
también la doctrina de la reencarnación?
- Salta a la vista. Esa doctrina es, por lo
demás, el resultado de muchas cosas que han pasado inadvertidas y que no se
tardará en comprender en tal sentido. Muy pronto se reconocerá que el
Espiritismo surge a cada paso en el texto de la Sagrada Escritura. De manera
que los Espíritus no vienen a derribar la religión, como algunos pretenden.
Antes al contrario, acuden a confirmarla, a sancionarla por medio de pruebas
irrefutables. Pero, como han llegado los tiempos en que no se ha de utilizar
más el lenguaje figurado, aquéllos se expresan sin alegorías y dan a las cosas
un sentido claro y preciso que no pueda estar sujeto a ninguna falsa
interpretación. Ved aquí por qué, dentro de poco, tendréis más personas
sinceramente religiosas y creyentes que las que existen en la hora actual. - SAN
LUIS.
EL LIBRO DE LOS
ESPÍRITUS – Allan Kardec.
Resurrection of the Body.
1010. Is the doctrine of the resurrection of tile body
an implication of that of that of reincarnation, as now taught by spirits?
How could it be otherwise? It is with regard to that
expression as to so many others, that only appear unreasonable because they are
taken literally, and are thus placed beyond the pale of credibility; let them
only be rationally explained, and those whom you call free-thinkers will admit
them without difficulty, precisely because they are accustomed to reflect.
Freethinkers, like the rest of the world, perhaps even more than others, thirst
for a future; they ask nothing better than to believe, but they cannot admit
what is disproved by science. The doctrine of the plurality of existences is
conformable with the justice of God it alone can explain what, without it, is
inexplicable; how can you doubt, then, that its principle is to be found in all
religions?
1011. The Church, then, in the dogma of the
resurrection of the body, really teaches the doctrine of reincarnation?
That is evident; but it will soon be seen that
reincarnation is implied in every part of Holy Writ. Spirits, therefore, do not
come to overthrow religion, as is sometimes asserted; they come, On the
contrary, to confirm and sanction it by irrefragable proofs. But, as the time
has arrived to renounce the use of figurative language, they speak without
allegories, and give to every statement a clear and precise meaning that
obviates all danger of false interpretation. For this reason there will be, ere
long, a greater number of persons sincerely religious and really believing than
are to be found at the present day. - St. Louis.
THE SPIRITS’ BOOK – Allan Kardec.
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